Me sentía sola y pensaba que era la única persona con esa sensación hasta que empecé a escuchar quejas de solos. "Me dicen que produzco mucho porque estoy solo. Sin embargo, ¡no saben lo que gasto en psicólogos para lidiar con mis momentos de angustia!", me dijo un investigador en bioquímica. Más adelante, un físico (sí, los científicos son también humanos, sienten y sufren) me comentó: "Me siento muy cansado y muy solo, y para escribir mails deprimentes o no saber que decir, mejor me callo". Otro día, salía de mi casa y una vecina me contó que iba a ver la película La novia errante, por recomendación de su psicóloga. ¿Por qué esa película? "Porque habla de la soledad, lo que yo sufro", me respondió.
Tantos lamentos me llevaron a ver qué dicen las ciencias hasta el momento y todo parece indicar que la soledad no deseada está muy lejos de ser saludable. El año pasado, una investigación realizada en Dinamarca, basada en la historia clínica de 138.000 pacientes, señalaba que las personas que viven sin compañía tienen el doble de posibilidades de sufrir problemas cardíacos, que quienes viven con alguien. Más recientemente, otro estudio, realizado en una universidad de los Estados Unidos, indicó que estar solo duplica el riesgo de padecer mal de Alzheimer.
¡Qué bajón!
Paradójicamente, los humanos nunca estuvimos tan comunicados como ahora, con tanta Internet, celulares, teléfonos fijos y otras vías para estar conectados. ¿Coincidís?
Aquí va una entrevista para Clarín con la psicóloga y sexóloga Diana Resnicoff.
-¿La soledad es un
problema para la salud?
Desde 1980, comenzó a ser un tema de investigación, motivado por la creación de escalas de medición de la soledad, entre las que se destacala Escala de Soledad UCLA,
creada por Rusell en 1980. Ahora, se considera que la soledad puede llegar a
ser un problema clínico, que requiere de una terapia específica. Diferentes
investigaciones han estudiado amplios grupos poblacionales concluyendo que la
soledad es uno de los posibles factores que causan otros desórdenes, como:
depresión, suicidio y enfermedades cardiovasculares.
-¿Por qué se le presta tanta atención ahora?
El problema de la soledad fue siempre muy negado como trastorno. Quizás porque quienes lo sufren no siempre admiten que puede ser la raíz de otros males. Por eso, resulta de fundamental importancia que el terapeuta realice un correcto diagnóstico, con el fin de determinar si en realidad existe este trastorno. Son muchas las personas que se autodefinen como "solas" sin serlo en realidad.
-Pero ¿qué es la soledad?
Psicológicamente, se la define como la ausencia, real o percibida, de relaciones sociales satisfactorias, que se presenta con síntomas como ansiedad, depresión, insomnio, abuso de drogas y alcoholismo. Hay muchas mujeres y muchos hombres que se sienten solos aunque no lo estén. La situación es diferente cuando se elige estar solo, que puede ser una maravillosa sensación.
-¿Hay personas más propensas a sufrir de soledad?
Sí, generalmente son personas que no tienen alguien que los atienda y que necesite de su amor; que no tienen una persona cariñosa de quien depender y que los desee físicamente. Son personas que no tienen la oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona (como dar caricias, abrazar o ser abrazado, escuchar o ser escuchado); que no poseen un gruo de amigos del cual sentirse parte ni conocidos con quienes compartir valores e intereses. Generalmente, son personas sin confianza en los amigos íntimos ni intimidad física en forma regular. Una persona puede ser solitaria también por las dificultades que tiene para iniciar una relación, o para profundizarlas.
-¿Hay síntomas?
Los pacientes crónicamente solos suelen mostrar muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que no son importantes para ninguna persona. Esta actitud puede ser cambiada, utilizando estrategias cognitivas y conductuales.
-¿Puede dar algunos consejos?
Para salir del aislamiento, hay que hacer contacto, primero con nosotros mismos y después con los demás: familia, amigos, entorno laboral, vecinos e incluso personas con las que sólo cruzamos cuatro palabras cuando vamos a comprar algo. Otra posibilidad es intentar frecuentar ciertas actividades grupales, como coros, talleres literarios o clubes. Hoy también el mundo virtual nos ofrece la alternativa de poder conectarnos con otros, aunque este contacto sea vivido como un ensayo para después llevarlo a cabo en la realidad externa. Pero también conviene saber que aunque compartamos nuestras vidas con los demás, también es bueno estar solos de vez en cuando. La soledad no deseada es muy dolorosa, por eso hay que aprender no solo a combatirla, sino también a disfrutarla.
Desde 1980, comenzó a ser un tema de investigación, motivado por la creación de escalas de medición de la soledad, entre las que se destaca
-¿Por qué se le presta tanta atención ahora?
El problema de la soledad fue siempre muy negado como trastorno. Quizás porque quienes lo sufren no siempre admiten que puede ser la raíz de otros males. Por eso, resulta de fundamental importancia que el terapeuta realice un correcto diagnóstico, con el fin de determinar si en realidad existe este trastorno. Son muchas las personas que se autodefinen como "solas" sin serlo en realidad.
-Pero ¿qué es la soledad?
Psicológicamente, se la define como la ausencia, real o percibida, de relaciones sociales satisfactorias, que se presenta con síntomas como ansiedad, depresión, insomnio, abuso de drogas y alcoholismo. Hay muchas mujeres y muchos hombres que se sienten solos aunque no lo estén. La situación es diferente cuando se elige estar solo, que puede ser una maravillosa sensación.
-¿Hay personas más propensas a sufrir de soledad?
Sí, generalmente son personas que no tienen alguien que los atienda y que necesite de su amor; que no tienen una persona cariñosa de quien depender y que los desee físicamente. Son personas que no tienen la oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona (como dar caricias, abrazar o ser abrazado, escuchar o ser escuchado); que no poseen un gruo de amigos del cual sentirse parte ni conocidos con quienes compartir valores e intereses. Generalmente, son personas sin confianza en los amigos íntimos ni intimidad física en forma regular. Una persona puede ser solitaria también por las dificultades que tiene para iniciar una relación, o para profundizarlas.
-¿Hay síntomas?
Los pacientes crónicamente solos suelen mostrar muchos síntomas de depresión, como inactividad, pérdida de energía y pérdida de placer en actividades que para la mayoría resultan agradables. Se sienten aislados, diferentes a los demás; se quejan de que nadie los entiende; que no son importantes para ninguna persona. Esta actitud puede ser cambiada, utilizando estrategias cognitivas y conductuales.
-¿Puede dar algunos consejos?
Para salir del aislamiento, hay que hacer contacto, primero con nosotros mismos y después con los demás: familia, amigos, entorno laboral, vecinos e incluso personas con las que sólo cruzamos cuatro palabras cuando vamos a comprar algo. Otra posibilidad es intentar frecuentar ciertas actividades grupales, como coros, talleres literarios o clubes. Hoy también el mundo virtual nos ofrece la alternativa de poder conectarnos con otros, aunque este contacto sea vivido como un ensayo para después llevarlo a cabo en la realidad externa. Pero también conviene saber que aunque compartamos nuestras vidas con los demás, también es bueno estar solos de vez en cuando. La soledad no deseada es muy dolorosa, por eso hay que aprender no solo a combatirla, sino también a disfrutarla.
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